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¿Qué es la Osteopatía?

El presente artículo tiene por objeto exponer lo que es la Osteopatía, tal y como fue concebida en sus orígenes, y diferenciarla netamente de otras terapias manuales derivadas de ella que, observando la forma, se han olvidado de los principios osteopáticos que describiera en su día su genial fundador Andrew Still.

El hecho de empezar a poder trabajar con una técnica que da respuesta a problemas tan diversos como el estrabismo, la escoliosis, la estenosis esofágica del recién nacido, la dislexia o el retardo psicomotor, entre otros, nos indica un poco cuál va a ser (está siendo ya) el futuro de la Osteopatía Cráneo-Sacra.

Breve Historia de la Osteopatía Cráneo-sacra

La osteopatía nació en los Estados Unidos en el último cuarto del siglo XIX y es la obra de un médico llamado Andrew Taylor Still. Participó como cirujano del ejército nordista en la Guerra de Secesión, finalizada la cual reemprendió su trabajo de medicina en Kirksville (Missouri).

Decepcionado por los numerosos fracasos de la medicina oficial de la época , investigó durante varios años una nueva forma de tratar a sus pacientes, hasta que en 1874 tuvo la idea de lo que más tarde sería la Osteopatía al curar a un niño enfermo de disentería hemorrágica, enfermedad de la que no se conocía remedio en aquella época.

A partir de este momento comenzó a tratar a sus pacientes con esta "nueva medicina" y los éxitos se sucedieron. Su renombre se extendió por todos los EE.UU. al tiempo que otros médicos venían a aprender de él, lo que llevó a crear en 1892 el primer colegio de Osteopatía: American School of Ostheopathy.

Still continuó su obra hasta el fin de su vida, año 1917, enseñando y escribiendo infatigablemente. Entre sus alumnos hay que destacar a William Gardner Sutherland (1873-1954) que fue su genial sucesor y descubridor del Mecanismo Respiratorio Primario (MRP) o Cranial Rythmic Impulse (CRI), fundamento de la Osteopatía Cráneo-Sacra o Funcional.

Still definió en su obra titulada "Filosofía de la Osteopatía", aparecida en 1904, la doctrina osteopática. Esta doctrina se compromete de tres principios, de los que los dos primeros se encuentran en otras medicinas como la Homeopatía o la Medicina China, pero el tercero es propio de la Osteopatía.

Primer principio o Principio de Globalidad

Hipócrates habló ya de él y ahora también se habla mucho de este principio, por ejemplo en los EE.UU. con la Medicina Holística.

El hombre es un todo, y querer tratar un síntoma sin mirar al hombre en su globalidad es algo que no tiene sentido. Desgraciadamente es lo que hace a menudo la Medicina Alopática.

La Osteopatía contempla al hombre globalmente, pues toda disfunción a cualquier nivel repercute obligatoriamente en todo el cuerpo. El síntoma o el síndrome por el que viene a consultarnos el paciente no es, habitualmente, más que la consecuencia de un problema situado en otra parte. Esto que puede parecer una evidencia es algo que a menudo se olvida y por eso hay que reconocerlo.

Esto evita también hacer un tratamiento sintomático y esta forma de pensar lleva a intentar lo que a menudo es más difícil pero más racional, un tratamiento etiológico. Es fácil dar una aspirina a un paciente al que le duele la cabeza; es más difícil, pero más interesante, saber que estamos delante de una verdadera migraña y todavía es más satisfactorio saber que esta migraña tiene por origen una disfunción a nivel occipital-atlas-axis o a nivel de una sutura del cráneo y poder tratarla realmente, y no sintomáticamente, haciendo tomar al paciente un medicamento cada vez que le duele la cabeza.

Segundo principio o Principio de Autocuración

El cuerpo tiene en él mismo la capacidad de autocuración. Esto debe ser comprendido de una forma relativa, evidentemente, ya que, en ciertos casos, hay que recurrir a la cirugía en otros tratamientos.

El osteópata, mirando globalmente al sujeto, hace una normalización general del cuerpo para poner en marcha todo el sistema de defensa del individuo.

Estamos sometidos, permanentemente, a todo tipo de agresiones y si nuestro sistema inmunitario, por ejemplo, no funciona bien, nuestra supervivencia se verá acortada. Cuando una infección se desarrolla es, ante todo, porque el sistema de defensa no ha funcionado bien. Como decía Claude Bernard: "El microbio no es nada, el terreno es todo." Idea compartida por Pasteur al final de su vida. Es sobre esta constatación sobre la que se apoya el osteópata: normaliza el cuerpo para realzar el sistema inmunitario y llegar así a la infección. Esto nos lleva a un tercer principio, propio de la Osteopatía y fundamental para comprenderla.

Tercer principio. La Estructura Gobierna la Función y a la inversa

Antes que nada hay que saber que en la terminología osteopática el término "osteos" no debe ser entendido únicamente como hueso, sino como estructura, por ejemplo: el estómago, el ojo, el fémur, etc... y entenderlo en el sentido de "estructura viviente", es decir, que se mueve, ya que lo que diferencia lo vivo de lo inerte es el movimiento.

En nuestros cuerpos todo se mueve continuamente, incluso a veces con movimientos ínfimos, y toda alteración en la función de un órgano se traduce por una perturbación del movimiento que le es propio (dicho sea de paso, esto es lo que permite hacer el diagnóstico osteopático), inversamente, cuando el movimiento es normal la función también es normal.

El trabajo del osteópata consiste en hacer el diagnóstico en el sentido clásico del término y en el sentido osteopático, para poder devolver a la estructura su movimiento y su función normal.

A quien le parezca simplista el hecho de poder mejorar la función de un órgano simplemente devolviéndole su movimiento, podemos responderle, sin entrar en detalles técnicos, que después de un siglo, millones de personas de todo el mundo han sido tratadas de esta manera, y que si el concepto osteopático no fuese válido, hace tiempo que hubiese sido abandonado y no se hubiese vuelto a hablar de la Osteopatía, justo lo contrario de lo que está ocurriendo.

Esta idea del movimiento nos lleva a hablar más específicamente de la Osteopatía Cráneo-Sacra o Funcional, obra de Sutherland en la que la importancia del movimiento es todavía mayor que en la Osteopatía Estructural.

Osteopatía cráneo-sacra

Las ideas de Sutherland han necesitado mucho tiempo para ser admitidas en los medios osteopáticos, y no es más que después de la Segunda Guerra Mundial que han llegado a tomar su verdadera importancia.

Sutherland partió de una observación minuciosa de las suturas craneales que le hicieron pensar en las agallas de los peces y que le sugirieron la idea de que podía existir un movimiento a este nivel.

Esta idea de movimiento que él intuía a nivel de las suturas craneales le llevó a estudiar, durante años, los cambios de nivel que se evidencian en estas suturas. Palpó cráneos en personas vivas y en cadáveres, y todos estos estudios le llevaron a descubrir que el cráneo, contrariamente a todo lo que se había pensado hasta entonces, no es una estructura rígida e inmóvil, sino que se mueve siguiendo un ritmo regular de expansión y retracción con una frecuencia de 12-14 veces por minuto.

El llamó a este movimiento Creaneal Rythmic Impulse (CRI) y después se le designó también como Mecanismo Respiratorio Primario (MRP). Por otro lado, Sutherland observó que el sacro se movía de una forma sincrónica con el cráneo, atraído por la Duramadre, que es inelástica. Este es el origen de la Osteopatía Cráneo-Sacra.

A la hora del tratamiento hay que apoyarse en el concepto osteopático tal y como fue descrito por Still, pero en lugar de observar el movimiento de una estructura en cuestión se mueve dentro del cuadro del MRP; si diagnosticamos una lesión normalizamos la estructura observada, utilizando la fuerza del MRP. ¿Por qué se habla hoy en día de Osteopatía Funcional más que de Osteopatía Cráneo-Sacra?

Osteopatía funcional

Sutherland percibió el CRI a nivel del cráneo y su primera obra fue The cranial bowl. Más tarde se llegó a la conclusión de que el CRI y MRP se manifiesta por todo el cuerpo y que todas las estructuras del cuerpo se mueven gracias a él. Es decir, se ha constatado que las observacione jecjas por Sutherland a nivel del cráneo y del sacro son válidas para todo el cuerpo, así como las técnicas elaboradas por él: es la Osteopatía Funcional.

No hay que olvidar que el primer principio de la doctrina osteopática es el principio de globalidad. Cuando un enfermo viene a consultarnos estudiamos el problema en su totalidad.

La Osteopatía no puede ser dividida en Estructural (esquelética), Visceral o Craneal. No hay más que una sola Osteopatía con técnicas algo diferentes según la parte del cuerpo a la que vaya dirigida.

Podemos hablar ahora sobré el interés de la utilización de las técnica funcionales para todo el cuerpo, en lugar de utilizar la técnicas estructurales para el esqueleto y las vísceras y las funcionales para el cráneo.

Interés de las técnicas funcionales

Las ténicas funcionales permiten establecer un diagnóstico mucho más fino y preciso. No hay que olvidar que la lesión osteopática se define como una pérdida o una restricción de la movilidad en una estructura dada.

La percepción de estos pequeños movimientos que animana todas las estructuras en el cuadro del MRP (a nivel del cráneo los movimientos tienen una amplitud de 10-15 micras) permite descubrir la lesión osteopática con mucha más fiabilidad que con las movilizaciones que se utilizan, por ejemplo, en Osteopatía Estructural.

Ciertas disfunciones son difícilmente perceptibles en estructuras cuya amplitud de movimiento es, por ejemplo, de un centímetro haciendo Osteopatía Estructural y, sin embargo, se nota mucho mejor el problema percibiendo la movilidad de dicha estructura en el cuadro del MRP, aunque la amplitud de dicho movimiento sea tan sólo de una micra.

Cuando en medicina se da cuenta uno mismo del valor del diagnóstico exacto, alcanza un valor incalculable una forma de diagnóstico como se hace en Osteopatía Funcional.

Las técnicas funcionales no son, en absoluto, traumatizantes y pueden ser utilizadas tanto en un recién nacido como en un anciano, en un caso crónico o en un politraumatizado grave reciente.

Son técnicas dulces y no utilizan ninguna fuerza externa al cuerpo del paciente. Para hacer las correcciones se utiliza únicamente la fuerza que origina el MRP, respetando el cuerpo, como decía Still: "Hago lo que me pide el cuerpo." El cuerpo sólo nos dice lo que hay que hacer. Es suficiente con saberlo escuchar, seguir las indicaciones que nos da, y dejarle hacer.

Las técnicas funcionales son utilizables a cualquier nivel del cuerpo, vísceras, esqueleto, cráneo, ya sea para lesiones óseas de las fascias, o de líquidos. Permiten una forma unitaria de trabajar en un organismo que funciona de una forma unitario, lo que representa muchas ventajas.

La Osteopatía Funcional representa la Osteopatía del futuro, y la importancia que está cogiendo en los medios osteopáticos internacionales permite estar seguros de ello.

Para concluir, sería tal vez interesante precisar, sobre el tipo de afecciones que pueden ser tratadas con la Osteopatía, ya que a menudo se oye que la Osteopatía trata problemas articulares con una especie de "manipulación vertebral", cosa análoga a la Quiropraxia. Esperamos que las líneas que siguen a continuación hagan comprender la inexactitud de dichos comentarios.

Indicaciones de la osteopatía

El solo hecho de que Still concibiera la Osteopatía al curar a un niño afecto de disentería hemorrágica debe hacernos pensar que la Osteopatía es una Medicina general que se dirige a todos los problemas funcionales (en el sentido en el que se distingue a las enfermedades funcionales de las lesiones) es decir, al 80 por ciento de lo que comúnmente se llaman enfermedades.

La Osteopatía no es la panacea universal y está claro que en muchas ocasiones hay que recurrir a la cirugía o a tratamientos pesados, pero de todos modos uno sigue sorprendiéndose al cabo de los años de las numerosas afecciones que pueden ser tratadas por esta Medicina manual, ayudándose solamente de una higiene alimentaria y de una higiene de vida. La Osteopatía se basta por si sola.

Los límites de la Osteopatía son difíciles de definir, sería mejor hablar de los límites de cada osteópata.

En todas las enfermedades funcionales la Osteopatía tiene resultados iguales o mejores que las otras formas de medicina y muy a menudo obtiene resultados allí donde otras medicinas han fracasado. Dicho de otra manera, la Osteopatía es irreemplazable en una serie de afecciones:

Asociación Vasco-Navarra de Osteopatía