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Experiencia en una escuela infantil

Cuando Pilar Alonso, madre de Naiara, nos contó emocionada, los grandes cambios que la vida de su hija de tres años estaba experimentando gracias al cuidado e interés de una buena maestra, y nos enseñó las fotografías del maravilloso trabajo que fue hecho en su pequeña escuela para que Naiara fuera más independiente, creímos que era algo digno de ser compartido, y le pedimos que escribiera sobre lo ocurrido. He aquí el resultado:

Naiara: comienzo del curso escolar (septiembre de 2000)

Naiara comenzó el colegio muy contenta, porque ya sabía que era un colegio de "mayores" e iba a ir con su hermana mayor. A su favor tenía la experiencia de 3 años asistiendo a una guardería (estaremos agradecidos siempre a sus cuidadoras por el cariño que le dieron y todo lo que le enseñaron: fueron, de verdad fabulosas. En este sentido hemos tenido muchísima suerte con todas las personas que se han ocupado de Naiara, aparte de la familia), y estaba por ello muy acostumbrada a estar con otros niños, a aceptar las pequeñas reglas de disciplina que existen, en definitiva, no fue ningún cambio brusco para ella. Incluso varios niños que iban con ella a la guardería también van con ella al cole.

Foto: Naiara en el baño, que ha sido adaptado con un escalón pintado de colores

Naiara desde el primer día provocó en el resto de la clase una mezcla de sensaciones de sorpresa, instinto de "protección"... Ella se sentía igual que los demás niños, siempre había visto a los niños más altos que ella, luego eso era lo normal. Pero el resto de la clase le veía pequeñita, bajita, y eso les animaba a intentar "protegerla".

Este sentimiento de protección, intentar ayudar, lógico en un niño de 3 años, multiplicado por 20 niños, que durante todo el tiempo trataban de "ayudarle" provocó en algunas ocasiones sensaciones de agobio en Nairara que terminaba por "soltar la mano" para que la dejaran tranquila.

Fueron pasando los días y las semanas y los niños se fueron acostumbrando poco a poco a que en su clase hubiera una niña más bajita que ellos; consecuentemente los episodios de agobio y afán de protección fueron también desapareciendo: todos estaban más tranquilos y asentados. Naiara iba muy contenta al cole y tenía muchos, muchos amigos.

Después de unos 3 meses todavía quedaban algunos problemillas que solucionar para intentar que Naiara hiciese TODO lo que hacían sus compañeros y intentaron solucionar, siempre teniendo en cuenta sus limitaciones físicas:

Foto: Naiara sentada a la mesa

En primer lugar, a pesar de que los baños del colegio están pensados para niños, Naiara era incapaz de hacer sus necesidades de una manera autónoma: no llegaba a poder sentarse en el water y por ello necesitaba constantemente la compañía de la profesora. Creemos que por este motivo se hacía pis encima unas 2-3 veces por semana, a pesar de que desde los 2 años y medio había aprendido a pedirlo.

La parte de abajo de la puerta se ha cortado para que no pegue con la plataforma al abrirla. Para limpieza se desmonta totalmente y para evitar humedades hay un pequeño espacio entre el suelo y el escalón.

Por otro lado, y debido a su corta estatura tenía problemas para subirse a su silla y necesitaba un pequeño taburete si quería subir sola. Asímismo, en los ratos de "patio" huía de los juegos en los que se encesitaba correr o mezclarse con muchos niños: se sentía insegura ante tantos niños tan grandes corriendo y gritando. Por ello buscaba siempre la compañía de la profesora (muchas veces se sienta encima de sus pies), o se sentaba en un árbol (eso sí, siempre con más amigas), a comer el almuerzo.

Foto: Naiara en el colegio, con un papelo con su nombre en la mano

Llegados a este punto es cuando se decidió actuar: había que conseguir que Naiara, ayudada por su fuerte carácter y ganas de superación, se desarrollase plenamente como "personita" independiente y autónoma.

Su profesora, de propia iniciativa contactó con ALPE para que le asesorasen sobre estos problemas. En pocos días construyeron en uno de los baños una plataforma de madera pintada de colores vivos con la que Naiara pudiera acceder al water; se colocó en su silla otra pequeña plataforma para que le sirviera de escalón y a la vez de apoyo de los pies; hay que comentar que en su clase, todos los sitios donde tienen que acceder los niños por sus propios medios (colocación de fichas, libros, carteles colgados en la pared) se habían desplazado hacia abajo varios centímetros para que la niña pudiera llegar al igual que sus compañeros.

A partir de aquí, los cambios en Naiara han sido asombrosos. Relata su profesora lo estimulante de la cara de agradecimiento y satisfacción de la niña la primera vez que hizo pis en el nuevo baño. Desde ese día no se ha vuelto a hacer pis encima...

Naiara ha cambiado, es más independiente, más autónoma, hace TODO lo que hacen sus compañeros y si no puede a la primera, lo intenta una y otra vez hasta que lo consigue por sí misma, SIN AYUDA,. Ya no busca constantemente la preencia del adulto y algunas veces incluso se "desmelena".

Seguro que surgirán otros pequeños inconvenientes pero creo que Naiara está preparada para afrontarlos y superarlos... y nosotros también.

No quiero terminar sin agradecer a Maite Eder Etxaniz, profesora de Naiara, el interés, la dedicación y el cariño que está demostrando por nuestra hija. Es difícil encontrar personas así. GRACIAS