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No quiero borrar del diccionario la palabra "enano"

Enano, na, (Al: Zwerg; Cat: Nan; Fr: Nain; In: Dwarf; It: Nano; Por: Enano; Vas: Ñaño)
1. adj. Fig. Dícese de lo que es diminuto en su especie.
2. m. y f. Persona de extraordinaria pequeñez (E)
3. Germ. Puñal, arma.

Tal vez yo sea algo lerda; quizá arrastre algún trauma infantil y la palabrita me evoque demasiado automáticamente a los encantadores compañeros de Blancanieves, a los diminutos hadas y duendes de mis cuentos de infancia... Es posible que la ternura que me invade se deba a mi afición, desde siempre, a las miniaturas: las dibujo, las confecciono en distintos materiales, las colecciono...

Tal vez yo sea realmente un "perro verde", alguien de verdad tan raro como dicen algunos; quizá no sea lo correcto valorar las palabras en función de su significado real y deba hacerlo según el uso que unos pocos hacen de ellas.

Pero sería una pena. Tenemos un idioma rico del que hace tiempo que estoy enamorada, en el que cada vocablo tiene su magia y su lugar y su función. Me dolería perder palabras hermosas sólo porque unos pocos las intentan deformar con un uso indebido.

Tengo amigos que llaman "enanos" a sus pequeñuelos. Supongo que les hace gracia ver esas réplicas de sí mismos en miniatura, sintiéndose tan grandes desde sus tres años escasos. El amor, el cariño, con los que hablan de sus "enanos", no puede herir a nadie en su sano juicio. Tengo amigos que llaman a sus hijos "pitufos", "piojos", "cocos" y otras lindezas, y no he visto que nadie se moleste.

No quiero borrar la palabra "enano" del diccionario, ni que se deje de usar en su correcta acepción, ni que se pueda insultar a nadie con ella; porque ser grande o pequeño físicamente, no es, ni será nunca, en sí mismo, un valor de una persona.

Lo que quiero es que revienten los "enanos mentales" que juzgan y condenan a quienes son diferentes por su aspecto, por su estatura, por... mil cosas. Quiero que se pudran con las brujas malas en el país de irás y no volverás y que el espejo mágico les devuelva una y mil veces su imagen real, la del alma: la del viejo horrible y putrefacto del retrato de Dorian Gray.

Lo que quiero es disfrutar con mi hija del cuento de Blancanies e intentar que comprenda, viendo a nuestros adorables amiguitos de la casita del bosque, que hay personas que son "bajitas", chiquitas de tamaño, aunque sean viejecitos de barba blanca; y que lo que ocurre es que sus compañeros de clase no lo saben y hay que explicárselo. Porque la llaman "pequeña" y ella se siente muy mayor, que ya va a cumplir cuatro años, jolín. Porque Marina es enana.

Que hay diferentes motivos por los que los enanos son pequeños es cierto. Que hay distintas problemáticas médicas aociadas a cada caso (déficits hormonales, problemas óseos, malnutriciones y otros), eso es otra historia. Eso se lo explicaré a mi hija poco a poco, a medida que vaya creciendo y pueda comprender y necesite saber. Va a necesitar conocer su cuerpo y sus necesidades, y otros aspectos que no son enteramente iguales a los de la mayoría.

No pretendo que la población en general conozca cada problema de crecimiento por su nombre específico y esté al tanto de todos los aspectos sanitarios y de otras índoles relacionados con cada caso, sería una locura. Yo tengo una gran curiosidad por casi todo y desconozco, lógicamente, muchas enfermedades, mutaciones genéticas y malformaciones que traen de cabeza a muchas familais. No podemos saberto todo.

Mi familia y mi entorno más allegado conocen y dominan una gran cantidad de información al respecto. Todos estamos familiarizadísimos con la palabra "acondropalsia", pero hay que reconocer que la palabreja se las trae. Cuando tenemos que hablar con alguien ajeno a este "mundo", por supuesto jamás decimos que Marina es acondroplásica. Es, simplemente, enana. Cuando se requiere más información, es el momento de explicar, enseñar y aburrir, si es necesario. Pero no todo el mundo está dispuesto, ni se le puede exigir.

Tal vez yo sea excesivamente conformista, pero me basta con que la gente en general, las personas que nos cruzamos cada día en la calle, no se asusten cuando ven que Marina es enana. Tan bonita como cualquier otra niña de su edad, tan lista como otras, tan capaz de convertirse en un ser humano adulto maravilloso como cualquier otro; aunque sea "diminuta en su especie" o "de extraordinaria pequeñez".

Lo que quiero para mi hija no es que nade la llame "enana", sino que eso sea sólo una descripción, como "rubia" o "grandota". Pero que no se la juzgue en su conjunto, comopersona, sólo por su aspecto... Y esto sí que estoy dispuesta a exigirlo. Sí estoy dispuesta a luchar como una loba por ello. Lo hará con el alma por Marina, que es enana, y por la "rubia" y por la "grandota".

Margarita Guinovart